San Vicente de Paul, patrono de todas las organizaciones caritativas católicas.

2Vicente nace el 2 de abril de 1581, en Pouy, suroeste de Francia, hijo de campesinos, que como la mayoría de ellos en el siglo XVI apenas tenía tiempo para estudiar o divertirse, porque desde pequeños se veían obligados a trabajar, descalzos, mal vestidos y con escasas provisiones, sobre todo llevando a pastar el ganado: ovejas, vacas y cerdos. Aunque ese niño de mente despierta hace que su padre tenga para él planes mejores, y lo envía a los 14 años a un colegio de  franciscanos, y tras cuatro años de estudios marcha a la gran ciudad de Toulose para seguir sus estudios de Teología; para subsistir, enseña humanidades en un colegio. El 23 de septiembre de 1600, es ordenado sacerdote, y el obispo le ofrece una parroquia, pero renuncia y prefiere proseguir con sus estudios y apuntar más alto. En 1604 obtiene el doctorado en Teología.

Entra en contacto con la miseria material de los campesinos y las pobres gentes que viven en los dominios de las familias noble. Se da cuenta de que el Evangelio exige caridad radical, y a su llamada acuden todos los feligreses en ayuda de esos necesitados. Pero, para Vicente, esta espontaneidad no basta, pues corre el peligro de no tener continuidad: «Una enorme caridad, sí; pero mal organizada». Pone manos a la obra y pronto lee, ante unas mujeres afectadas como él por la miseria, un texto que constituye todo un programa de ayuda a los enfermos, y servirá de modelo a todos los posteriores textos fundacionales de las Hermandades de Caridad.

20La Compañía de las Hijas de la Caridad siguió unos años más tarde (1633); santa Luisa de Marillac fue la cofundadora. Vicente mira de frente las desgracias de su época, se niega a cerrar los ojos y lucha contra la miseria a brazo partido; esta miseria impide vivir como seres humanos.  Desea que sus Hijas de la Caridad estén en el mundo; serán religiosas sin hábito, sin velo y sin votos solemnes. En aquella época no le quedaban alternativas ya que las religiosas eran de clausura. De ellas solía decir: «Tendrán por monasterio las casas de los enfermos y la residencia de la superiora; por celda, una habitación alquilada; por capilla, la iglesia parroquial; por claustro, las calles de la ciudad; por clausura, la obediencia continua en la Providencia y la ofrenda de todo cuanto son». 

Vicente ha encontrado su camino, el de la compasión y la ternura para los sumidos en el abandono. Su camino son los pobres, tanto espiritual como materialmente: «La Iglesia de Cristo no puede abandonar a los pobres”. Ahora bien, hay diez mil sacerdotes en París, mientras que en el campo los pobres se pierden en medio de una espantosa ignorancia. Vicente quiere sacerdotes para la misión, enviados a las zonas rurales; es el origen de la Congregación de la Misión, 17 de abril de 1625, instituida para dar misiones populares y  formación del clero. En 1631 el arzobispo de Paris les ofrece los edificios de una antigua leprosería, que dará a los sacerdotes de la Misión el nombre de Lazaristas.

26Pero Vicente no se limita sólo a estas acciones, y se ocupa de mejorar en lo que puede las estructuras, como sucedió con su intervención a favor de mejorar la calidad de vida de los condenados a galeras, y su enfrentamiento a Richelieu y pedirle enérgicamente que ponga término a los enormes conflictos del país. Vicente muere el 27 de septiembre de 1660. Fue beatificado por Benedicto XIII en 1723 y canonizado el 12 de mayo de 1885 por León XIII, siendo declarado, posteriormente, patrono de todas las organizaciones caritativas católicas en todo el mundo.

 

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